VIOLENCIA DE GÉNERO & HIPOTECA, EL OLVIDO DEL LEGISLADOR

934711_10151521418646612_252313484_nCuando una víctima de violencia de género comparte con el maltratador, la hipoteca de su vivienda y a pesar de órdenes de alejamiento e incluso ingreso en prisión, el Banco exige la firma de ambos para reestructurar la deuda o para una quita o dación en pago, medidas de protección a deudores hipotecarios, nos encontramos con un problema no previsto en la legislación.

Nadie ha previsto, que una mujer que ha sido víctima de la violencia de su marido o pareja y que compartía con él una vivienda hipotecada, para poder acogerse a las medidas previstas en la ley de protección a deudores hipotecarios tenga que contar con la firma del agresor.

Me encontré con un caso de estas características hace unos meses, a través del turno de oficio: Carmen fue apuñalada en el costado, por su marido, en su casa delante de sus hijos, uno de 17 años y una menor discapacitada. El marido ingresó en prisión imputado por asesinato y Carmen limpiadora de profesión, en paro y con dos hijos se encontró con la penosa situación de no poder seguir pagando su préstamo hipotecario. Desde la Oficina de Intermediación hipotecaria, se negoció con el Banco la reestructuración del préstamo hipotecario, para que no perdieran su vivienda, pero nadie contaba con el escollo, de que una vez dado el visto bueno del banco a la aplicación del Código de Buenas Prácticas, había que contar con la firma y consentimiento del maltratador.

Para ello hubo que trasladarse a prisión a explicarle e informarle al maltratador, las medidas que se querían adoptar para que sus hijos no perdieran su casa, y la respuesta lógica de éste, fue la negativa a cualquier situación que pudiera favorecer a su pareja e incluso intentó negociar con la acusación ejercida por la víctima. Desde la sucursal insistían en que se necesitaba la firma de ambos porque lo dos eran prestatarios y propietarios de la vivienda, lo cual no tiene lógica ya que siempre es posible realizar un acuerdo privado que no afecta a la garantía jurídica del banco y que además va a permitir que al menos uno de los propietarios continúe pagando la hipoteca.

En mi caso después de varias visitas a prisión, conseguí que el marido de Carmen firmara ante notario, la reestructuración hipotecaria, sin embargo esta es la cruda realidad de numerosas mujeres víctimas de violencia que como tantas otras cosas, no han sido previstas por el legislador.

Imagen: Antonio Martínez Aragón

Abogados de familia, colaborar no batallar

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El otro día leí un artículo de un compañero sobre este tema , con el que estoy totalmente de acuerdo,  me gustó el término de derecho colaborativo, un nuevo concepto en derecho de familia.

El derecho de familia ha cambiado en muchos aspectos, la casuística que se presenta hoy día es mucho más amplia que hace unos años, hay muchas parejas de hecho que nos plantean regular el tema de alimentos y guarda y custodia de los hijos; el tema de la vivienda también ha variado debido a la crisis económica y los problemas hipotecarios…pero esencialmente un divorcio o separación no deja de ser un hecho traumático para las personas que lo viven. Algunos pasan el duelo antes, durante la fase de decisión de la ruptura de la pareja y otros después, pero siempre hay un duelo que superar.

Lo cierto es que los abogados no sólo nos encontramos con un problema jurídico al que hacer frente, sino ante personas cargadas de sentimientos y emociones que hacen más difícil este proceso. Por ello los abogados de familia, debemos tener claro que no estamos ante la ruptura de un negocio o contrato jurídico, estamos ante la ruptura de unos lazos de vida, de familia, en el que si no facilitamos la colaboración,  posibilitamos la mediación y fomentamos la batalla, conseguiremos un desgaste emocional y económico difícil de restaurar.

Quiénes mejor que unos padres, para decidir cómo se van alternar los hijos su convivencia, quiénes mejor que unos padres para decidir sobre el futuro de sus hijos, quiénes mejor que la propia pareja, para afrontar y decidir con madurez cómo repartir las cosas materiales que tenían en común, o es mejor que un tercero (un juez) nos diga qué hacer con nuestra vida y con nuestros hijos?

Los abogados, debemos luchar por defender los derechos de aquellos que llegan a nosotros solicitando nuestra ayuda jurídica, por eso no debemos perder el sentido y la orientación de que el mejor asesoramiento en familia pasa por colaborar con las partes y por facilitar la colaboración entre ellos.

Una guerra en un Juzgado de familia, sólo lleva a la destrucción personal y familiar, porque aún existiendo un divorcio, siguen existiendo una familia, un nuevo modelo familiar…véase la película » La guerra de los Rose» y lo entenderán.

 

CALOR VIOLENTO: ELLAS NO DESCANSAN, ELLOS NO LAS DEJAN DESCANSAR

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«La violencia es el último recurso del incompetente». Isaac Asimov

Como a otros tantos de mis compañeros, me ha tocado pasar un día de este mes veraniego e infernal de calor, con aquellas personas para las que ahora mismo no existe el verano, el relax, la desconexión con el estrés vital, porque ellas no descansan. Son la víctimas de violencia de género. Para ellas no hay descanso, no hay sosiego, no hay libertad, no hay paz, ellos no las dejan.

Ayer fui testigo de un caso estremecedor de violencia de género continuada, en un chica de 26 años, alienada por un marido maltratador, que sacando fuerzas de flaqueza huyó a escondidas, ayudada por amigos, cogió un avión con una hija de 5 meses buscando la libertad, romper la espiral de violencia en la que se hallaba metida, por el bien de sus hijos. Su estado psíquico era deplorable, su sentido de la culpabilidad arrollador y su  miedo en su máxima expresión de terror, incontrolable.

Entre todos, jueza de violencia de guardia, funcionarios, secretario judicial, forense y yo, abogada de guardia,  le prestamos nuestro apoyo y asesoramiento, sin embargo ella se seguía sintiendo, aterrorizada, sola, desprotegida, incomprendida, culpable… que es lo peor…ha sentido el infierno, con tan sólo 26 años y dos hijos pequeños, la muerte cercana, costillas fracturadas, golpes en la cara, intento de estrangulamiento, patadas embarazada…y ante esta actitud de valentía, de fuerza al denunciar y pedir ayuda, él responde diciendo en una red social que «es una  cobarde, una serpientela única forma que tiene de joder a un hombre es denunciándolo y quitándole su victoria en libertad«, espeluznante.

Esta sociedad en la que vivimos sigue sin educar a mujeres y  hombres en el respeto mutuo, en la igualdad; el amor no es chantajista, el amor no es un juego de poderes, el amor no es humillación ni dolor ; la violencia es una estrategia aprendida.

Eduquemos a nuestros hijos en una cultura donde se priorice la resolución pacífica de los conflictos, donde se fomente la empatía y se desarrolle una autoestima equilibrada, sólo así favoreceremos  la desaparición de estas conductas.

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